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Dornier 17 el Lápiz volador |
(…). Hans Sobotka salió de Berlín el 6 de abril, a las nueve veintidós de la mañana.
(…).
(…). (Sobotka) Era un
muchacho bien parecido, de cara ancha, pelo bien engominado, ojos
insignificantes y labios finos, barbilla hundida, vestido con un traje muy
holgado y suelto de lana, con rayas muy anchas para el gusto inglés.
Documentación de Hans Sobotka
El 18 de abril era
domingo y en el frente no había mucho movimiento, pero en Bilbao los aviones
facciosos hostigaron mucho, manteniendo a nuestras sirenas en chillido
constante. (…), dos bombarderos bimotores surgieron entre las nubes de un claro
azul. Luego se oyó un confuso ruido de motores que aumentaba de pronto y volvía
a acelerar después, cubriéndose uno a otro, según parecía. Más tarde, una
fuerte explosión, un furioso desboque de motores y repentinamente, a lo largo
de la ladera de Begoña, frente a mí, se sintió una vertiginosa sucesión de
bombazos. Resplandores, estruendo, estruendo, resplandores, estruendo
prolongado y humo.
Había una gran muchedumbre bajo el puente viejo. Al Sur, un avión salió de la nube, humeante, y se vio que el otro cabeceaba un poco. El primero fue perdiendo altura rápidamente y se estrelló en llanas en una loma al oeste del Nervión, en Galdácano.
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George L. Steer |
Esta tercera
incursión del domingo 18 de abril, según supe, fue llevada a cabo por tres
aviones «Dornier 17» y dos «Heinkel 111». El aeropuerto del viejo campo de polo
de Lamiako, cerca de la zona montañosa que da al Nervión, fue alertado por los
observadores del Sur, y cuatro cazas rusos, tripulados por pilotos españoles,
despegaron. Estaban comandados por el joven Felipe del Río. Acecharon, volando
a baja a altura, entre los bancos de nubes que cubrían la zona en que el valle
abraza el viejo Bilbao, y cuando los alemanes salieron al cielo abierto, se
abalanzaron sobre los tres «Dornier» desde la cola, sin ser vistos. Los servidores
de las ametralladoras de los tres estaban mirando hacia delante. Casi no hubo
lucha.
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Restos del Dornier 17 de Sobotka |
(…).
Hallamos que el «Dornier» tenía un equipo de tres hombres. Sobotka y dos compatriotas.
(…).
El cuerpo de Sobotka
descansaba sobre la hierba, con la espalda casi carbonizada, medio encorvado
hacia arriba a lo largo de la espina dorsal. (…). Sus brazos estaban todavía
sobre la cara, como pintando su muerte terrorífica, y los debió alzar en su
última agonía antes de chocar contra el suelo. (…).
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Polikarpov I-15 Chato |
Los sencillos vascos
colocaron el cadáver, un tanto confusos, en un automóvil y lo enviaron a la
Sanidad Militar. Era extraño, pensaron, que los alemanes utilizaran mujeres
como pilotos de guerra. ¿Qué es lo que iban a inventar después?
En Bilbao, sin
embargo, los doctores de la Sanidad Militar eran hombres de experiencia.
Desnudaron el cadáver y lo examinaron detenidamente. Tenía afeitado el pelo de
las axilas y llevaba ropa interior femenina de seda color rosa. Pero llenaba, a
duras penas, los requisitos de virilidad, y el caso quedó anotado como uno de
los más pintorescos incidentes de la guerra civil.
(…).
El balance del
bombardeo, de tres minutos, fue de 67 muertos y 111 heridos. Una franja de
destrucción se extendió tersa sobre la parte vieja y Begoña, partiendo desde le
golpeado muelle a orillas del Nervión, donde las pescadoras vendían anchoas.»
George Lowther Steer tiene una calle con su nombre en Bilbao. El periodista tenía 28 años cuando vino a cubrir la guerra en Euzkadi.
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Felipe del Río Crespo |
Era medíodía, 22 de abril, entrando la tarde, un día claro, cuando el Polikarpov I-15 de Del
Río fue derribado. Los bombarderos alemanes volaban bajo, escoltados por una
escuadrilla de modernos Messerschmitt BF 109, más rápidos que los Chatos. Su objetivo era la central eléctrica de la
Babcock Wilcox.
Objetivo que no lograron.
Del
Río fue derribado por dos Messerschmitt de 2 ª Escuadrilla del grupo J/88 de la Legión Cóndor, algo pasadas las 4 de la tarde.
Tuvo tiempo de saltar en paracaídas, mientras su aparato estallaba en mil
pedazos. Cuando descendía indefenso, balanceándose en el paracaídas, los dos Messerschmitt
volaron a su alrededor y lo ametrallaron. Un mes después, derribaron y ametrallaron cuando descendía en paracaídas al sargento José Díeguez, y en junio el teniente Tomás Baquedano, derribado por el Me-109 pilotado Rolf Pingel, fue ametrallado, tras lanzarse en paracaídas y caer al mar, cuando luchaba indefenso con las olas. La época del Barón Rojo y sus «Caballeros
del Aire» quedaba lejos.
Del
Río llegó con vida al suelo y quedó envuelto en su paracaídas. Emitió algún
sonido, pero murió enseguida. El piloto alemán que lo derribó fue el teniente Radusch.
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Messerschmitt BF 109 |
Felipe del Río tiene
una calle en el municipio de Leioa.
El teniente 1º Hans Sobotka pilotaba un Dornier Do 17, apodado por los alemanes Fliegender Bleistift (Lápiz Volador).
Hans
Sobotka (este apellido es polaco) fue enterrado con honores en Berlín, en el cementerio
Invaliden. En España se le concedió a título póstumo la Cruz de España de
bronce, por parte de los sublevados.
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Hans Sobotka |
En Alemania, la familia de Hans Sobotka fue invitada a Berlín para celebrar un acto de reconocimiento al joven piloto de la Legión Cóndor. Cuando el padre de Sobotka, el coronel Camillo Sobotka, combatiente en la I Guerra Mundial, de origen judío, quiso acudir al evento fue advertido de que su pasaporte tendría que ir sellado con una «J» y añadir como segundo nombre «Israel».
El
coronel lo consideró una ofensa y protestó ante el gobierno alemán. Tuvo que asegurar
que Hans Sobotka era hijo ilegítimo, y no del todo judío puesto que su madre
era cien por cien aria, y pedía que se le eximiera de estampar los infamantes sellos
en su pasaporte.
Asimismo,
la hermana de Hans, Ruth Sobotka, solicitó que se la eximiera de llevar en el
pasaporte la «J» de jüdisch y como segundo
nombre el de «Sarah».
La Cancillería del Führer
respondió a su petición acogiéndose a la «Ley de la familia y el nombre» del
05/01/1938, de la cual enviaron copias, negándoles la posibilidad de eximir de
los pasaportes la «J» y el segundo nombre, que los señalaba como judíos.
Finalmente, tras un fatigoso
y largo intercambio de correspondencia entre la familia y las más altas
autoridades del III Reich, el gobierno alemán cedió, en atención al piloto
fallecido y a la ascendencia aria de la madre, y el coronel Camillo Sobotka, de
72 años, pudo visitar la tumba de su hijo Hans sin ser marcado como judío.
Ruth Sobotka se casó
con un soldado alemán y pasó a ser considera como de sangre alemana (deutschblütig).
Los otros dos miembros de la tripulación del Dornier 17 de Sobotka eran los sargentos Otto Hofmeister y Friedrich Müller.
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Formación de Dornier 17 |